En busca del traje perfecto

By Ana - noviembre 10, 2010



Hace un año, tal día como hoy, me decía por cual sería mi vestido de novia. Después de varios meses probándome trajes y más trajes, me decidí por cual sería.
Siendo sincera no me costó demasiado encontrarlo, lo que sí pasó es que se hizo esperar. Fue uno de los últimos que me probé.
Mi búsqueda del traje empezó a principios de Septiembre del año pasado. Mi madre y yo nos fijamos un día a la semana para tareas nupciales. El día elegido fue los Jueves, ya estás al final de la semana y es una motivación para terminar la semana laboral.
Mi primera tienda fue Jesús Peiró, me probé cerca de unos 15 trajes, unos me quedaban bien, otros no tanto... y me probé uno...la verdad me quedé prendada de él. Cuando me despedí de la dependienta, la verdad es que estaba casi convencida de que ese sería mi traje, me acuerdo que pensé "Esto si que es llegar y triunfar".
Pero como quería estar sergura de que fuese el apropiado, seguimos con la búsqueda. Visitamos distintas tiendas, la Boheme, Rosa Clará, pero nada, no encontraba ninguno que me acoplara tanto como el que me había probado en Jesús Peiró.
No se muy bien que me pasaba pero no acababa de estar convencida del todo.
Al final llegó el día, mi cita en la tienda Pronovias había llegado. Desde el prinicipio me sentí muy cómoda en la tienda y Ana la dependienta "Será cosa del destino que se llame como yo..." me captó a la primera la idea que llevaba.
Lo único sobre mi traje que tenía claro era el escote, lo quería palabra de honor, y sobre todo que llevara mucha, mucha cola, el resto no tenía ni idea.
Así que Ana se puso manos a la obra en la búsqueda de mi traje. Me preguntó que tipo de ceremonia sería, dónde sería, dónde haríamos el convite...al principio no entendía nada "En esto de asuntos nupciales soy novata, no entiendo para qué tanta pregunta. ¿No será que quiere enterarse de todo?" pensaba entre traje y traje que me sacaba.
Por fin me probaba el modelo Onil, un palabra de honor sencillo, solemne, precioso, con mucha cola... me encantó y pensé "el traje de Jesús Peiró ya tiene competencia, por fin...". Después de este modelo me probé varios y de pronto me sacó el modelo Triana de la colección de Manuel Mota para Pronovias, este sí era mi traje, un palabra de honor blanco, con muy poca pedrería, me disimulaba mis caderas, se me acoplaba a la cintrua, tenía un drapeado en el cuerpo que sentaba fenomenal y lo mejor tenía una cola... de casi 3 metros, entonces miré a mi madre y las dos dijimos "Ya tenemos traje".
No obstante, como quería estar segura 100% a la semana siguiente volví a Jesús Peiró, me probé el traje que me había quedado prendada y al verme con él otra vez en el espejo me dí cuenta de que ese no sería mi traje.
Así que tal día como hoy pero hace un año, mi madre y yo volvíamos a Pronovias a que me tomaran medidas. Cuando me volví a probar el traje, me dí cuenta de que SÍ ese era mi traje.
Entonces, entendí todas las preguntas que me había hecho Ana cuando me probaba los trajes por primera vez. No quería enterarse de nada, sino que a cada boda le pega un traje.
Nuestra boda fue una ceremonia civil en los Jardines de Monforte y luego hicimos el convite en el Rte Nou Racó, un restaurante metido en medio de la Albufera, con unos jardines preciosos. Mi traje era perfecto para la boda que estábamos preparando.
Tengo que deciros, eso que dicen que cuando te pruebas tu traje de novia lo sabes, es cierto. Una vez lo encuentras cesa la búsqueda.
La foto que he puesto es una que he encontrado en Internet, cuando tenga alguna chula de las que hicieron mis amigos la subiré




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